"Porque aún
no habían entendido lo de los panes, por cuanto estaban endurecidos sus
corazones" Marcos 6:52
Los discípulos después de tiempo andando con
Jesús, todavía no entendían, y tenían sus corazones endurecidos. Tenemos pues
la gran necesidad, de pedir al Señor nos ayude a sacar todo lo que esté
endureciendo nuestro corazón. La incredulidad, endurece el corazón, estamos
todos heridos de incredulidad. La sanidad es un largo proceso, tenemos que
pedir perdón al Señor, la incredulidad es pecado porque hace mentiroso al
Señor. Es necesario confesar delante del Señor, nuestras incredulidades. Los
temores provienen de la incredulidad, las angustias, los afanes, vienen de la
incredulidad que nos lleva a la desobediencia. Se supone que vivamos una vida
sobre natural, caminando sobre el dragón y el león. El Señor nos ha ungido con
autoridad, para caminar sobre las adversidades, porque al que cree todo le es
posible. ¿Que estamos haciendo? ¿Estamos jugando a la religión? Despogemonos
pues de todo peso, de todo lo que nos distrae, del pecado, tenemos que correr
legítimamente para poder recibir el Galardón. La Gracia de nuestro Señor
Jesucristo sea contigo !!! Fernando
Regnault
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